Tuesday, March 23, 2004
Me compré en San Telmo un libro de Quasimodo usado. El vendedor me quedó debiendo $1 del vuelto, me dijo que pase más tarde. En una página vinieron dos flores violetas secas, asi que no pasé a buscar el peso que me debía.
En la página de las dos flores, estaba éste poema:
SE OYE DE NUEVO EL MAR
Desde hace muchas noches se oye de nuevo el mar,
leve, arriba y abajo, sobre la arena lisa.
Eco de una voz encerrada en la mente
que resurge del tiempo; y también este
lamento asiduo de gaviotas, o
pájaros de las torres, que abril
empuja hacia la llanura. Ya
estabas junto a mí con esa voz;
y quisiera que a ti también llegase,
ahora, de mí un eco de memoria,
como ese oscuro murmurar del mar.
En la página de las dos flores, estaba éste poema:
SE OYE DE NUEVO EL MAR
Desde hace muchas noches se oye de nuevo el mar,
leve, arriba y abajo, sobre la arena lisa.
Eco de una voz encerrada en la mente
que resurge del tiempo; y también este
lamento asiduo de gaviotas, o
pájaros de las torres, que abril
empuja hacia la llanura. Ya
estabas junto a mí con esa voz;
y quisiera que a ti también llegase,
ahora, de mí un eco de memoria,
como ese oscuro murmurar del mar.
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