Thursday, February 24, 2005
Gabo: Primero, lo más importante: no quiero que mandes ni muestres a nadie ésto sin mi autorización. Para mí es muy importante. A este texto, por cómo lo produje, le tengo miedo y si bien creo ser valiente, también tengo partes terriblemente cobardes que se manifiestan con lo que de verdad me importa, y este texto me importa (en otros casos, con otros textos, me ahorré mandárselos a nadie ni hablar de ellos; hoy prefiero que lo leas porque sé que de lo contrario yo lo voy quemar, a borrar, a olvidar, a tapar como me gusta hacer con mis huellas). Escribí este libro para mí mismo, durante el 2004, y ni de eso estoy muy seguro. Durante este tiempo fueron páginas sueltas que releía y a veces corregía convencido de que no tenía tiempo. ¿Pero tiempo para qué? Era incapaz de explicártelo con precisión. Escribí esto para los fantasmas, que son los únicos que tienen tiempo porque están fuera del tiempo. Después de la última corrección (ahora mismo) me doy cuenta de que no solamente el tiempo importa, no solamente el tiempo es un motivo de terror. También el placer puede aterrorizar, también el valor puede aterrorizar. En estos últimos años viví a la intemperie y sin permiso de residencia durante demasiado tiempo en ningún lado asi como algunos parientes viven en un castillo. Por supuesto, no pienso publicar ésto. El original hubiera tenido más páginas: el texto tendía a multiplicarse y a reproducirse como una enfermedad. Quemé más de la mitad de los textos por miedo y cobardía al afrontar ese miedo. Mi enfermedad, entonces, es el orgullo, la rabia y la violencia. Estas cosas agotan y yo me paso los días cansado. A la noche escribo. Durante el día duermo, leo y camino. El desprecio que siento por la así llamada literatura oficial es enorme, aunque nada más que un poquito más grande que el que siento por la literatura marginal. Me definen más los autores a los que desprecio que aquellos a los que amo. Elijo a mis amigos entre las personas que desprecian a los mismos autores que yo. Pero creo en la literatura: es decir no creo ni en el arribismo ni en el oportunismo ni en los murmullos burgueses. Sí en los gestos inútiles, sí en eldestino. Todavía leo más poesía que prosa. Leo a Bolaño, Kafka y Stendhal asi como muchas personas fuman. No creo vivir más allá de los treintaicinco años. Soy feliz.
9 de julio, enero de 2005.
9 de julio, enero de 2005.
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