Monday, August 15, 2005

Me desperté en una casa en Martínez a las 7 de la tarde, por la ventana veía que era de noche y P. estaba limpiando la cocina. La otra chica ya se había ido. P. me ayudó a levantarme, me hizo un desayuno y mientras nos despedíamos me di cuenta de que no la quiero. Cuando salí de su casa me di cuenta de que llovía y me puse a llorar.
En el colectivo estuve tristísimo. Repasé el fin de semana. No pude leer ni pensar en nada específico. No estaba nada aburrido. Me volví a dormir.
Me desperté a unas 50 cuadras de mi casa, me había pasado. Las caminé. Cuando llegué, un par de horas más tarde, estaba mi roomate, J., limpiando la cocina de mi departamento. Me dijo que su mamá viene en la semana a conocer el lugar donde vive. Le prometí ordenar mis cosas. Salí rápido de ahí, no quería hablar con nadie.
Había dejado de llover. Pensé que sería buenísimo mirar una película, asi que vine hasta Lavalle por Corrientes buscando donde mirar Sin City. Es lunes, no hay trasnoche. "Empezó hace 5 minutos". No, gracias, me voy a comer un shawarma.
El shawarma estaba horrible. La coca cola estaba riquísima. Empezó lentamente a llover de nuevo. El hombre de barba blanca que "toca" la flauta en Lavalle no me parece gracioso. Me parece triste hasta los huesos. Los tarjeteros de los cabarets sí que me parecen graciosos. Liz no atendía el teléfono.
Vine a mi cuarto cyber en todo el día. Pedí otra botellita de coca. Cuando la destaparon miré la tapa: "Vale otra". Me gané, créase o no, una botellita de coca cola. Suficiente. Me senté en una computadora.

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