Saturday, October 15, 2005

Cuando yo converso me gusta que el tiempo no nos joda, sabelo. Plegarlo y desplegarlo a mi arbitrio (no al tuyo). Hablar como hablamos los que todavía estamos vivos.
Follow, poet, follow right
to the bottom of the night.
Solamente los desesperados se hunden mientras duermen, y ultimamente no estamos desesperados. I'm starting to feel ok. ¿Te acordás de esa chica rubia que estaba enamoradísima de vos? Te juro que una noche me dijo en secreto que nos íbamos a perder de vista y no vernos durante dos años. Creo que estaba borracha, pero tuvo razón. Salvo por tu voz de machito prepúber. Después no quiso hablarme más hasta que te mudaste de ciudad.
Supongo que son cosas que no se entienden antes de la segunda botella de vino. Esa mirada que perdiste a gritos mientras te hundías en el medio del campo. Y más podrido que un perro inmóvil
o más podrido que un perro mirando la luna
pero ahora sin frío.

Borracho como mi ojo fijo en la luna,
recién ahora entiendo lo que me quisiste decir hace tres años
cuando me pegaste una piña a las tres de la mañana.
Tu puño inmóvil que se pierde en la pantalla. Envuelto en nubes o en niebla o algo por el estilo.
El cuarto nervio, como si masticara
el noveno funeral del día. Envuelto en baldozas o en cemento, desplegándose, lentísima, la imaginación. Insoportablemente libres. La ciudad cercada, la curva
entre los autos, y uno me dice no te asustes, etc., como si estuviera mordiendo algo irremediable.

Te lo resumo: la histeria y la tristeza cabían en un solo trapo.

Enero de 2002.
¿Qué estarás haciendo ahora? ¿En qué ciudad vivirás, a quién acariciarás con esa ternura caliente-fría que obligaba a abrir los ojos y abrigarse, y taparse? Todo el frío se colaba entre la ropa la humedad los cables suspendidos. Eran horas terribles. Yo quería ser un nenito y llamar a mi mamá. Pero solamente vos aparecías al final de la avenida, como rodeada por una especie de aire que me angustiaba. Freído en mi propio aceite. Sos hermosa como un atardecer cualquiera que transcurre en una era en la que todavía no existe la fotografía. Explicame qué hacer ahora, en este momento de mi vida. ¿Cuales promesas cumplo, cuales dejo de cumplir, a quién le tengo que pedir perdón cuando solamente me quedan el mareo y posteriormente el vómito?
Si dijera que te necesito no me creerías, sé que suena inverosímil y raro, pero la verdad es que te necesito. No tengo la menor idea de lo que pasa en este momento por tu cabeza, pero estoy seguro de que no nos estamos diciendo casi nada cuando hay bastante. Me estoy empezando a sentir bien, aunque la noche sea tristísima y corta. Lo mejor sería cruzarte un día cualquiera por la calle o encontrar un mail viejo que me haga entristecer un poco. O un papelito todo roto con tu letra.

Un ratón al lado del cordón de la vereda es preferible
a dos manos empotradas arriba de una mesa,
a cinco estudiantes de teatro tomando cerveza,
a la velocidad vivida como dogma,
y a la ventana que la mano
acaricia desde afuera.

El ruido de la noche. Disco baby disco when you're writing in your bed. ¿Alguna vez tuviste seis años y te viste en una carpa llena de viento en el medio del campo? Es algo que da bastante miedo. ¿Alguna vez estuviste adentro de una boca ajena
segundos antes de un beso?
Mierda congelada.
Temblando y a la mañana
pidiendo
despertar de otra manera.


CANCIÓN DEL SIDA

De compartir canutos y de tanto cojer
agarré al fantasma por los cuernos
que no viene de un día ni de otro.
Esta tristeza que calla y se entierra
de tanto correr por los martes tostados
de tanto picar - a los caballos.



una ternura un poco rota

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