Monday, October 10, 2005
Manu parte hacia Godoy Cruz y Honduras. El taxi para justo adelante de B, que está en un cantero leyendo un libro de Saer. Está divina, como siempre. Hablamos mucho, me da consejos de mina (es la mejor para dar consejos sentimentales, aunque no sepa como hacerse cargo de sus asuntos), le doy consejos de tipo, le prometo conseguir una lesbiana para su menage a trois con el novio, me cuenta sobre como se hace el cavado y me muestra lo bien que le quedó, omitiendo mis súplicas (¡No lo hagas, por Dios, no lo hagas!). Vamos a un bar a tomar gin tonics, margaritas y caipirinhas a granel. Vamos a otro bar en el que cumple 18 años una amiga de una amiga de B. Me pone triste pensar que tengo apenas un año más que esa horda de histeria, y bastantes años menos que todos los babosos que entraron al bar tras escuchar grititos de juventud. Alguien se la trata de levantar a B, asi que ella me pregunta "te puedo dar un beso asi hacemos como si fuéramos novios y no me molestan?". El resto de la velada transcurre así. Es como darle un beso a mi hermano, dice. Le digo "tengo que tomar algo más para estar acá", asi que vamos al lugar donde los tequilas salen $3 y me tomo 4 o 5. Intento emborracharme, mas no lo consigo. B vomita dos segundos en un árbol, nada grave. Volvemos a la fiesta de juventud. Sigo angustiado. Digo: "Llamemos a Michelle". Llamamos a Michelle y nos tomamos un taxi hasta su pensión. De ahí, otro taxi hasta un after transformista en el Abasto. Se le compran drogas a una travesti en el baño. Todos me excluyen por paqui. Maldigo el día en que nací heterosexual. (Pero no en la oscuridad, no cuando estoy solo -porque la heterosexualidad es por definición solitaria-, i sing it and i celebrate it). B me dice "igual sos mi amigo puto". Antes me había dicho "vos sabés que yo te amo, no?". Salimos del after y el sol de las 11 de la mañana es raro, como cuando uno sale del cine. Ella se toma un taxi. Me despierto a las 18:34Hs y saco $300 del cajero para pagar el alquiler y la luz mañana a la mañana. Noto que tengo mucha menos plata de la que creía: olvídate de ir a comprar ropa, olvida tus nuevas zapatillas, tu discman, tu cámara de fotos y la cantidad de libros que tenías pensada.
Tengo melancolía post coito, y ni siquiera cojí.
Tengo melancolía post coito, y ni siquiera cojí.
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