Sunday, May 14, 2006

Bueno, a mí me gustaría mucho contarte algunas cosas, aunque sé que si te las cuento directamente vas a tardar más todavía en darme mis libros de Bolaño y de Carver.
Antes que nada te cuento que en este momento estoy borracho y que hace menos de una hora me echaron de requiem (fui porque un amigo labura ahí y me hizo pasar) y de un bar de Avenida de Mayo, a patadas. Que estoy muy triste (cada cosa que escribo o que leo me hace, automáticamente, lagrimear como una marica, como ese día de marzo del que seguro te acordás, en que lloraba por cada idiotez que veía desde la ventana de ese bar horrible -honorable excepción- en san telmo) y que te adoro. Que esta noche sali con -entre otros- el chico que nos dio los tequilas y esa pasta de zanahoria riquísima en el bar donde pasaba música R., ese bar donde antes quedaba Boquitas Pintadas.
Le pregunté por vos, pero no sabía nada.
Por otro lado, tengo una nueva y definitiva cicatriz en la cara.
En el trabajo me ascendieron. No me pagan demasiado más que antes, es un transitorio ascenso jerárquico, un puesto completamente distinto, haciendo gestiones con empresas y manejando los horarios como se me cantan las pelotas. Me puso muy contento en su momento, pero pasaron los días y aprendí a quejarme de ésto como me quejaba de lo otro.
De salud no muy bien, llegué a un punto en que si me olvido de tomar mis 3 (o 4) vitaminas diarias me quedo dormido en el laburo. Tengo 20 años y ya dependo de mis vitaminas. No sé qué dirías al respecto, pero te haría caso.
(¿Me dirías que no me olvide de tomarlas? ¿O que coma comida como una persona normal?).
Esta mañana di un parcial en el que no me fue muy bien, pero tampoco muy mal. Esta semana tuve que laburar entre 10 y 16 horas diarias, asi que de estudiar poco y nada. Cuando volvía de la facultad di una vuelta y pasé por Plaza Italia: conseguí esa edición imposible de los ochenta de Todo Ubú y una baratísima de la Tentación de San Antonio, de Flaubert. Asi que estoy contentísimo, feliz.
Por si te interesa: el miércoles tengo otro parcial.
Y no sé, te extraño mucho. Ningunas ganas de verte y de discutir con vos, pero muchas de abrazarte. Te extraño. Y a lo loco.
Espero que me llames en estos días, que me devuelvas mis libros (son caros y valiosos, negra) y que tomemos una cerveza, que charlemos un ratito. Te extraño,

Manu.

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