Friday, September 14, 2007
En la vida de toda persona hay dos o tres personas que, a los hachazos, se hacen importantes. Es imposible crecer solo, por uno mismo. Pero se tienen que generar momentos de vacío para tener la lucidez de discriminar quién vale la pena y quién no, cual es una historia importante y cual no. Después nos quedamos solos, perdemos todo lo que creíamos que teníamos, pero no perdemos cosas que con suerte supimos que estaban a nuestro alcance: atmósferas, sonidos, certezas precisas, los labios (imaginarios después de un tiempo) de alguien diciendo de forma relajada y casual ‘te amo’.
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