Saturday, September 15, 2007
Nos quedamos sin fuerza para seguir luchando, y siempre supe que no iba a tener fuerza para soportar este momento. Hace más de un año N. le dijo a Mariana que cuando nos peleemos quiere seguir siendo amigo de ella. Mari un poco se enojó y a mí me pareció tierna e ingenua: después me explicó que no podría estar enamorada pensando que un día vamos a separarnos. Hoy estamos hablando sobre quién se va a quedar con cada gato y yo no puedo dejar de llorar. Duele demasiado, es irreal estar pensando en la mudanza. Duele demasiado, y es patético estar escribiendo esto en el blog pero que me chupen bien la pija los que hablan sobre qué es patético y qué no. El tema es que todo empezó por este blog: Mariana lo leía y yo le gustaba. Por suerte nunca me dejó un comment, se hubiera ganado que la descarte automáticamente. Me agregó al MSN y chateamos un tiempo largo, pero todavía no había mucha onda, y además yo estaba saliendo con A.
Un día eran las 6 de la mañana, yo estaba en un cyber y Mariana se había despertado riéndose a esa hora. Chateamos y la invité a desayunar a mi departamento. Le hice un licuado de banana con leche cortada, y ella por delicadeza no me dijo que la leche estaba cortada (yo soy daltónico). Siete días después había subido este post.
Un día eran las 6 de la mañana, yo estaba en un cyber y Mariana se había despertado riéndose a esa hora. Chateamos y la invité a desayunar a mi departamento. Le hice un licuado de banana con leche cortada, y ella por delicadeza no me dijo que la leche estaba cortada (yo soy daltónico). Siete días después había subido este post.
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